viernes, 7 de marzo de 2014

Presentación en Madrid de “Ávidas pretensiones”, novela de Fernando Aramburu

Portada de "Ávidas pretensiones"
El panorama inicial era desolador, apenas éramos quince personas esperando la llegada de Fernando Aramburu que había recalado temporalmente en Madrid para presentar su última novela “Ávidas pretensiones”, galardonada con el premio Biblioteca Breve 2014. El autor hizo su aparición puntualmente junto a Elena Ramírez, editora de Seix Barral, y otro escritor, cuyo nombre desconozco, en la tercera planta de la librería-cafetería La Central. Aun viendo el escaso personal, no se vino abajo y saludo con un sonoro buenas tardes y allí se pusieron manos a la obra.

Elena Ramírez, quien se encontraba en el jurado del premio Biblioteca Breve, habló en primer lugar. En su turno indicó las tres cualidades principales de la novela que llevó al jurado del premio a fallar a favor de la misma. En primer lugar se encuentra el valor que Aramburu da al género de humor en si mismo, un género que a pesar de contar con una larga trayectoria en España, últimamente ha sido muy maltratado. Por otra parte, destacó el gran esfuerzo que hay en el libro por hacer presente el lenguaje a través de un narrador que una y otra vez se salta las reglas del mismo. El tercer atributo que indicó la editora es la grandeza del mecanismo que el autor emplea para hacer patente el humor en aquello que está contando. Como comentó, esto es debido a que no solo emplea la parodia propia de los acontecimientos, sino que el hecho de que el narrador se muestre distante de la escena genera grandes momentos que provoca la carcajada del lector.

Antes de seguir habrá que ver, al menos a grandes rasgos, de que trata esta novela que tan bien nos pinta la editora Elena Ramírez, que todo hay que decirlo, es la editora del libro. Para este fin, me voy a valer del propio texto presente en la contraportada del libro ya que todavía no me lo he leído.

Con la llegada de la primavera, el pueblo de Morilla del Pinar se prepara para recibir a lo más granado del panorama lírico español, que acude a las terceras Jornadas Poéticas, celebradas anualmente en el Convento de las Espinosas. La reunión de tres días se presenta como la oportunidad perfecta para el desvarío de los participantes, que llegan con ganas de juerga y un objetivo común entre ceja y ceja: el sexo, la diversión y la gloria literaria, acompañada preferiblemente de un pisotón al contrario. Todo es posible en estos encuentros. Si algo puede acabar mal, terminará peor en unas jornadas que difícilmente podrán volver a convocarse. Un recorrido por las miserias del mundillo poético en una comedia de enredos que, a pesar de su mordacidad, no está exenta de cierta dosis de ternura, la auténtica receta del buen humor.

Fernando Aramburu
Una vez terminó la presentación de “Ávidas pretensiones” por parte de la editora de Seix Barral, Aramburu comenzó a hablar en un tono jovial y distendido, contando anécdotas que llegaba a arrancar la carcajada de los escasos presentes. En primer lugar indicó que desde el principio trató de inducir una lectura “curioso morbosa”, pues el lector puede llegar a creer, debido al aspecto físico y al modo de comportarse de los poetas, que algunos de ellos son personas reales pero cambiados de nombres. Sin embargo, posteriormente desmintió la creación consciente, al menos al cien por cien, de este efecto.

Según el autor, en el relato subyace la tensión de conceptos que ya en su juventud cultivaba en el Grupo CLOC de arte y desarte. En este caso la tensión se genera entre lo hermoso, lo bello que representaría el arte, y lo paródico, lo feo, lo grotesco que sería el desarte. Aunque si bien es verdad y el mismo reconoce, este segundo concepto es más predominante en esta novela.

Seguidamente, contestando a las preguntas del tercero en discordia, se introdujo en un terreno más técnico mostrando que su objetivo principal a la hora de escribir una novela es que el lector vaya descifrando e hilando todo lo que él presenta. De esta forma, sus lectores no pueden presentarse como entes pasivos sino que se requiere de ellos un comportamiento proactivo, al menos si desean enterarse de algo de lo que lee. Para lograr tal meta, en esta obra se plantean cinco líneas narrativas al mismo tiempo, lo que conlleva que haya cinco finales. A pesar de todo, Fernando Aramburu no es un escritor de mapa o esquema como lo era Zola. Es decir, los escritores que siguen un mapa en primer lugar se trazan, por ejemplo, un esquema por capítulos en el que presentan los acontecimientos y todo lo que desean expresar en cada uno de ellos, una vez que tiene la obra totalmente definida la escriben siendo capaces de realizar esta última labor en unas dos semanas.  En oposición a este tipo de escritores Aramburu podría definirse como un escritor con brújula, esto es, escribe capítulo a capítulo, con ciertas ideas claro está pero sin un mapa de acontecimientos que llegue hasta el final. En este sentido, el autor indico que él, siendo un escritor de brújula, necesita cuatro elementos claves, un narrador, los personajes principales, las líneas narrativas y un estilo específico para cada una. Una vez ha dado con estos cuatro elementos y los ha guardado en su mochila, se echa a la aventura de escribir capítulo a capítulo.

Para escribir la novela el autor se ha basado en algunos acontecimientos propios, como por ejemplo los cursos pedagógicos a los que asistía una vez al año cuando era profesor. También se ha inspirado en elementos externos como las actividades llevadas a cabo por el conjunto de literatos alemanes denominado Grupo 47. Sin embargo, paradójicamente antes de que el libro se publicase Aramburu desconocía que se hubiesen realizado reuniones reales de poetas similares a las descritas en la novela, en ellas diversos autores del verso se reunían para exponer sus textos ante el resto.

“Ávidas pretensiones” tiene pinta de ser un libro con el que pasar magníficos momentos, sobre todo tras lo expuesto en la presentación a la que he podido acudir, por ello es una novela que me gustaría leer y queda anotada en mi marcador mental de lecturas pendientes. A pesar de todo, tras la presentación me quedó un gran desasosiego, ¿cómo es posible que a la presentación (gratuita) en Madrid de un libro de un autor medianamente conocido como es Fernando Aramburu asistiesen menos de veinte personas? ¿Hay tan poco nivel cultural en este país o ha sido solo un hecho aislado? Espero que este libro tenga las ventas que a primera vista se merece.

Título: Ávidas pretensiones
Autor: Fernando Aramburu
Editorial: Seix Barral
Descripción: Rústica 416 páginas
Precio: 20,00 euros
ISBN: 978-84-32222-59-7

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