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Portada de Dublinés |
Los cómics, tebeos o como queráis llamarlos, pueden
presentar una faceta educativa e histórica a parte de contarnos fascinantes tramas
fantásticas y de aventuras, o de lo que se tercie. Un ejemplo muy claro es el
volumen que hoy comento, Dublinés de Alfonso Zapico publicado por Astiberri, que fue Premio Nacional del Cómic 2012, ahí es nada.
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Alfonso Zapico autor de Dublinés |
Pues nada, al lío. Dublinés cuenta la vida, obra y milagros
de uno de los mejores prosistas de habla inglesa del siglo XX, James Augustine
Aloysius Joyce, James Joyce para los amigos y el mundo en general. El cómic no
es una mera biografía del autor de “Ulysses”, en él, además de contarnos la vida
de Joyce, Zapico expone, con gran maestría y amenidad, los principales
acontecimientos históricos de la época que influyeron al autor. Ello unido a la
descripción del entorno familiar y círculo de amistades de Joyce hace que nos
podamos hacer una idea más precisa del autor, más allá de sus actos. Este afán
por mostrar las relaciones que mantenía Joyce con sus familiares, amigos y
conocidos nos envuelve en momentos puntuales de la obra en una marabunta de
personajes que puede liar en cierta forma al lector. También es cierto que a
ello contribuyó el propio Joyce manteniendo una vida social muy activa y
particular, por llamarla de alguna forma. Sin embargo, a mi juicio, el fin, en
este caso, justifica los medios, y el gran número de personajes que aparece en
el cómic tienen por objetivo contarnos anécdotas y momentos de la vida del autor
sin los cuales la completitud descriptiva del mismo quedaría coja.
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James Joyce autor de "Ulysses" |
A decir verdad, James Joyce fue un personaje pintoresco, al
que muchos tildarían de calavera si no fuese porque era un puñetero genio.
Nació en Irlanda en 1882 y la mayor parte de su vida la pasó lejos de la tierra
que le vio nacer, unas veces en París, otras en Trieste, Pola, Zurich, viajaba
en cantidad. A pesar de que la última vez que pisó Dublín fue en 1912, esta
misma es la ciudad en la que discurren todas sus historias. No tuvo trabajo
estable ni sueldo fijo durante gran parte de su vida, aunque tampoco tenía
pinta de que el trabajar más allá de sus escritos le apasionase. Ello implica
que vivió en muchos casos de la pillería y el engaño, siendo los principales
objetivos de tales actos sus amigos cercanos y sobre todo su hermano menor
Stanislaus que vivió junto a James, su mujer y sus hijos durante largos
periodos de tiempo. Por si fuese poco, la misma maestría que se gastaba con la
pluma la aplicaba también de forma habitual en empinar el codo. La vida bohemia
que llevó le permitió conocer a todo tipo de personajes, desde afamados
escritores y editores coetáneos como Proust o Ezra Pound hasta borrachos,
mujeriegos y envidiosos de la talla de Cosgrave o Gogarty. Todo ello, así como
las dificultades que tuvo para lograr publicar sus libros o sus diferencias con
la Iglesia y otras muchas facetas se describen a la perfección en el
Dublinés de Alfonso Zapico.
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Viñeta de Dublinés |
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Página de Dublinés |
A excepción de que en determinadas ocasiones las anécdotas
se presentan de una forma un tanto inconexa, me parece una biografía
excelentemente relatada, con un guión ameno que arranca la carcajada en gran
parte de la historia. El tipo de dibujo, semi-caricaturesco sin un gran alarde
en detalles, encuadres o puntos de vista, es muy apropiado dada la envergadura
del proyecto que se traía entre manos Zapico, hay que decir que el volumen
cuenta con más de 200 hojas. Lo mismo sucede con el color, pues el cómic se
encuentra coloreado en escala de grises lo que le confiere un aire de tiempo
pasado muy acorde con la historia. Es un cómic muy bueno y bien trabajado,
además de didáctico, (con razón que ganase el Premio Nacional del Cómic 2012) que describe los dimes y diretes de una gran
figura de la literatura del siglo XX y que pienso volver a leerme más pronto
que tarde.
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