Los seres humanos podemos ser muy
mezquinos, viles y crueles, podemos pisar a quien sea y como sea para lograr
nuestros objetivos. Esta película, Senderos de Gloria, es un reflejo de la
podredumbre de que hacemos gala las personas en ocasiones, y parece que cada vez más.
La película fue dirigida por
Stanley Kubrick y se estrenó en 1957, pero en ningún caso tuvo una vida
fácil. El guión, realizado por Kubrick, Calder Willingham y Jim Thompson
adaptando la novela homónima de Humphrey Cobb, fue rechazado por sucesivas
productoras y no fue hasta que su camino se cruzó con Kirk Douglas cuando
albergó una pequeña esperanza de ver la luz. Y es que Kirk tras leer el guión
decidió mover hilos, volcar toda su influencia y fuerza de voluntad para que el
proyecto saliese adelante. De esta forma se logró el apoyo de la United Artists,
quién decidió financiar a Kubrick con un pequeño presupuesto. Con este, Stanley Kubrick decidió venir a Europa para realizar el rodaje. La
película se rodó en Alemania, Francia estaba completamente descartada ya que
dicha nación no sale muy bien parada, o eso se pensaba en la época.
Pero no terminaron ahí los
problemas de Senderos de Gloria, las dificultades continuaron en el estreno. Si
bien en Estados Unidos se estrenó sin problemas, en Europa no corrió la misma
suerte. La proyección de la película en Bruselas en 1958 desató una serie de
incidentes y protestas debido a las presiones de las autoridades francesas y de
las asociaciones de excombatientes franceses y belgas, que negaban que la
imagen mostrada del ejército francés en el film fuese cierta. El Consulado francés logró
que se suspendiesen las proyecciones de la película, lo cual provocó las
protestas antimilitaristas.
La United Artists tras las
presiones francesas se vio obligada a incluir una nota explicativa así como La
Marsellesa al inicio y al final de las proyecciones para lograr que las mismas se retomasen en Bruselas. A pesar de ello, Suiza prohibió el film, y la United Artists decidió no correr el riesgo de presentarla en
Francia no fuese a ser. En este país se proyectó por primera vez en 1975,
dieciocho años después de su rodaje. En aquella España, el régimen decidió
prohibirla por considerarla una llamada al antimilitarismo y hubo que esperar a
1986 nada menos para poder verla.
Pero de qué va la película puede
ser la pregunta que alguno se haga. Pues bien, nos encontramos en la Primera
Guerra Mundial en Francia concretamente 1916, el Ejército Francés persuade al
General Mireau (George Macready) para que trate de tomar la Colina de las
Hormigas a cambio de beneficios personales. La toma de dicha colina es de todo
punto imposible y el General Mireau lo sabe, pero movido por su éxito personal
ordena al Coronel Dax (Kirk Douglas) que tome la colina con su regimiento sin
pensar en ningún caso en el bien de los hombres a su cargo. El Coronel Dax que
también lo considera imposible por las bajas que ya atesora su regimiento se lo
hace saber al General Mireau pero este continúa adelante con sus intenciones,
Dax al tratarse de una orden directa lo acata aún sabiendo que manda a sus
hombres a una muerte más que segura. La toma de la colina resulta un fracaso como se veía venir desde el comienzo, los soldados no
logran avanzar debido al fuego enemigo y deciden retroceder a las trincheras,
otros tan siquiera logran salir de las mismas, las bajas son innumerables. El
General Mireau debido al estrepitoso fracaso del que en buena parte él ha sido
culpable, decide convocar un consejo de guerra acusando a tres soldados
elegidos al azar de cobardía en la batalla, intentando de esta manera dar
ejemplo a las tropas y tratar de aminorar las dudas que sobre él pesan por la
orden de toma de la colina. Dichos soldados se enfrentan a la pena de muerte
por fusilamiento.
La historia está basada en un
hecho real acaecido durante la Primera Guerra Mundial. El general
francés Deletoile como consecuencia de un gran fiasco en un ataque erróneo y
mal calculado dio muerte por fusilamiento a cinco hombres de la 5º Compañía del
Regimiento 63 acusándolos de cobardía. Pretendía que ello sirviese como castigo
ejemplar para sus tropas. Este no fue el único caso, durante el conflicto,
muchas tropas se negaban a atacar en busca de una muerte segura y únicamente se
afanaban en defender la posición, sin embargo en estos casos se juzgaba a los
cabecillas y no a soldados al azar como en la película.
La película nos muestra como una
serie de Generales de salón dictan el futuro o mejor dicho la muerte de los
hombres que tienen a su cargo sin ningún tipo de percance moral. Jugándose la
vida de centenares de personas por logros personales o ascensos en la escala de
mando, en lugar de intentar velar por el bien de sus hombres. Una escena mítica
de la película es en la que el General Mireau se pone a calcular el montante de
las bajas con total frialdad pensando en ellas como un número y no como las
personas que hay detrás de cada porcentaje que plantea. Se nos presenta además
una jerarquización podrida en la cual los altos mandos se dedican a fiestas de
salón y a complacer a sus invitados mientras sus hombres se juegan la vida en
el campo de batalla. Por ello, esta es una de las películas antimilitaristas
por excelencia, porque refleja de forma clara cuan corrompida puede estar la
estructura del Ejército.
Sin embargo, a mi parecer, el film
va mucho más lejos que todo esto. En primer lugar, nos muestra como de fácil es
corromper una estructura jerarquizada, como de fácil es dañarla y siempre en
perjuicio del punto más débil, en el caso del Ejercito, los soldados. Esta
visión podría ser aplicable a nuestros días, no digo más.
En segundo lugar, y como se puede
leer al inicio de la entrada, esta película muestra las deficiencias morales
del ser humano, como mucha gente es capaz de hacer lo que sea por un ascenso o
por mucho menos. Enseña como de corrompido puede estar el espíritu de algunas
personas. Sin embargo, también muestra que de vez en cuando surgen personas
integras como es el Coronel Dax que tratan de hacer bien las cosas, que son íntegras e intentan hacer prevalecer los valores, aunque muchas veces no lo
logren.
Por todo ello, esta es una
película atemporal y muy recomendable, de corta duración 87 minutos más o
menos, eso si, en blanco y negro. Kirk Douglas hace una interpretación genial
así como en general el resto del reparto y técnicamente también es admirable
para tratarse del año 57, con unos planos espectaculares en travelling a través
de las trincheras.
“Los senderos de gloria no conducen sino a la tumba” Thomas Gray
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