La saga de Blacksad, de los
autores españoles Juan Díaz Canales y Juanjo Guarnido, siempre genera una gran
expectación. Más aún si cabe tras los galardones recibidos en la última edición de
los Premios Eisner entregados en la ComicCon de San Diego. En cada nuevo
volumen se espera una historia brillante y sorprendente adornada con unos
magníficos dibujos, por algo es considerada una de las series negras por
excelencia.
Portada "Amarillo" |
Sin embargo, las grandes series o
los grandes autores suelen generar unas expectativas muy elevadas en los
lectores. Quienes en cuanto no ven cumplidos sus deseos a la perfección no
dudan en tildar la obra de pobre. Supongo también, que este gran y profundo
interés hacia una obra por parte de la audiencia despierta en el autor, en este
caso autores, un sentimiento de responsabilidad y ganas de seguir innovando y
haciendo las cosas igual de bien.
Quizás en este caso los autores
hayan sucumbido a la presión, o hayan tratado de innovar y evolucionar al
personaje más de lo que el público esperaba. O al menos en otra dirección. O
tal vez el tiempo se les echó encima y han tenido que hacer una obra de
compromiso. Sea como fuere “Amarillo” el quito volumen de la saga Blacksad no es
precisamente lo mejor de la misma.
El comienzo se plantea en un
tiempo inmediatamente posterior a “El infierno, el silencio”, en el que se nos
presenta a un John Blacksad cansado de correr detrás de los “malos”, cansado de
andar a tiros todo el santo día y con una especie de pesar vital. Por ello,
decide dejar los crímenes y la investigación aparcados por un rato, esperemos
que sea corto, y buscar un trabajo más relajado. El mismo parece sencillo en un
principio, llevar un coche desde el Aeropuerto Moisant Field, sito en Nueva
Orleáns, hasta Tulsa. Pero se empieza a complicar a medida que transcurre la
historia, viéndose obligado a dejar de lado su empeño inicial por otros,
digamos, de carácter más legal y administrativo.
Primera hoja del cómic |
La trama evoluciona de forma
excesivamente rápida, vagando Blacksad por las viñetas pareciendo un elemento
secundario durante todo el cómic y no siendo partícipe en ningún momento de la
historia principal. El protagonismo recae sobre un león llamado Chad, con el
que el lector en rara ocasión se identifica. Además, el tema principal no tiene
un gran calado, como en volúmenes anteriores, y se muestra de forma muy difusa.
Pero no todo pueden ser quejas, en “Amarillo” el lector conoce aún más al
detective gatuno mostrándosenos parte de su pasado así como a parte de su
familia. Al tiempo que expone el tedio, cada vez más notorio, que siente hacia
la profesión de detective. Poniendo de manifiesto el posible cansancio que
sienten los autores hacia el personaje tras cinco volúmenes. Otra
característica interesante es que se hacen referencias a personajes de anteriores historias,
algunos de los cuales intervienen de forma muy activa.
En cuanto al dibujo, que sin duda
es uno de los rasgos más característicos de la saga, muchos lectores han
percibido una bajada en la calidad puesta de manifiesto en un menor nivel de
detalle, rasgos mucho más difuminados y con menor fuerza así como un uso del
color poco habitual en Guarnido. Por mi parte me identifico con aquellos
lectores que han identificado las carencias expuestas. Sin embargo, he tratado
de comparar las viñetas de “Amarillo” con los números anteriores, pues no
parece muy normal un descenso tan notorio de la calidad del dibujo por parte de
Juanjo Guarnido. Lo que más me ha llamado la atención, sin duda, es que
mientras en los cuatro volúmenes anteriores abundaban las escenas cercanas con
enfoques centrados en rostros o personajes concretos y en las que el número de
individuos es escaso, en “Amarillo” es todo lo contrario. Una gran cantidad de
escenas están en vista aérea o muestra a los personajes a enormes distancias lo
que favorece la sensación de falta de detalle. Da la impresión de que el
estudio de encuadres y escenas no ha sido tan detallado como en anteriores
ediciones, tal vez por falta de tiempo.
En “Amarillo”, Juan Díaz Canales
y Juanjo Guarnido, parece que han tratado de innovar y hacer crecer la figura
de Blacksad por derroteros distintos a los empleados hasta el momento. Recreándonos
un personaje mucho más humano al que el azar le juega malas pasadas. Sin
embargo, la historia planteada es bastante débil, no llegando a cautivar al
lector en ningún momento, y el dibujo no se encuentra a la altura de títulos
como “El infierno, el silencio” o “Alma Roja” aclamados internacionalmente.
Título: Amarillo
Descripción: Cartoné a color, 56 páginas
Precio: 15,00 euros
ISBN: 978-84-679-1425-2
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