sábado, 19 de abril de 2014

"Podemos recordarlo por usted al por mayor" de Philip K. Dick

En esta ocasión he viajado de la mano de Philip K. Dick a un mundo lejano, en el espacio y el tiempo, a un mundo futuro en el que la realidad y los recuerdos no son lo que parecen. Imagine por un momento que los recuerdos pueden ser borrados, o implantados a gusto del consumidor. ¿Ha tenido una mala experiencia, pero chunga chunga, de estas con las que uno no puede seguir viviendo?, pues no pasa nada, va a la empresa de turno le hacen un lavadito de cerebro y fuera el angustioso recuerdo. Mejor aún, siempre ha querido ir a la Luna, pero claro a la Luna ya no va nadie o es posible que si en el futuro se va sea muy costoso y la mayoría de la gente no pueda ir. Pues en este caso vuelves a la susodicha empresa, les dices que quieres ese recuerdo y ellos mediante una sencilla metodología te lo meten en la cocorota y arreando. Además, ya si nos ponemos exquisitos, te pueden dar un conjunto de objetos de la Luna y por tu parte, siempre creerás que has estado en la Luna.

Philip K. Dick
¿A qué la idea parece que está muy bien? Pues en principio sí, el problema viene cuando todo esto se emplea contra un tercero, ahí la cosa se comienza a complicar. Ciertamente, si a una persona le comienzas a remover todo lo que en su mente alberga, y además le borras cosas y le metes otras nuevas pues el resultado puede ser una locura de mucho cuidado o una vida que no es vida, o vaya usted a saber.

Las cuestiones en torno a los recuerdos, cómo recordamos y la que podemos liar si nos ponemos a modificar nuestra existencia es el muro de carga de “Podemos recordarlo por usted al por mayor” un relato corto datado en 1966 del maestro Philip K. Dick. De manera brillante el autor nos introduce en una realidad ajena, en una vivencia erosionada por los recuerdos y los más profundos deseos, de los que no se puede escapar. Se plantea la vida como un ente enigmático, no solo en su proyección hacia el futuro sino también hacia el pasado, en una suerte de Memento.

Técnicamente el cuento tiene una buena cadencia de acontecimientos que hacen que el lector no pueda cesar en su lectura. Sin embargo, y como en ocasiones sucede con los relatos y novelas de ciencia ficción, los comienzos son un tanto complicados pues se fijan en realidades ajenas a la nuestra, en las cuales los objetos, comportamientos, etc., no son los que rigen en nuestra vida cotidiana. Además, Philip K.Dick se guarda algo para el final, un gran giro, cuando uno piensa que el relato ya ha proporcionado al lector todo lo que podía ofrecer. Es impresionante, y a mí particularmente me deja atónito, la imaginación y capacidad creativa que muchos de los autores de ciencia ficción, por no decir todos, tienen.

Por último, para mí un indicativo de que un relato, cuento o novela es bueno o muy bueno es que una vez finalizado despierte la imaginación del lector y haga aflorar en él preguntas, las cuales unas veces tendrán respuesta y otras veces pues no la tendrán. Y en este caso, “Podemos recordarlo por usted al por mayor” suscita un gran número de preguntas: ¿cómo recordamos?, ¿es posible auto-construirnos recuerdos de vivencias y experiencias que realmente no hemos vivido, de forma que lleguemos a creérnoslas?, ¿cómo se disuelven los recuerdos antiguos en el mar de recuerdos de una vida?. Y la más importante, ¿llegará el día en el que inventen una máquina, artefacto o metodología que borre de nuestra memoria un determinado recuerdo, o sea capaz de implantar uno nuevo?

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