Portada de "La librería ambulante" editada por Periférica |
La sociedad estadounidense de
inicios del siglo XX era cuadriculada, sectaria y predominantemente masculina.
La palabra del hombre era poco menos que ley en su familia, la división de
tareas y trabajos por género era clara y en contadas ocasiones alguien osaba
llevar la contraria al cabeza de familia. Pues parece ser que Christopher Morley no estaba muy de acuerdo con el papel que le tocaba interpretar a la
mujer dentro de este panorama. De tal guisa que en “La librería ambulante”,
novela escrita en 1917, saca a Helen McGill de la granja en la que vive con su
hermano Andrew y la embarca en un viaje a bordo de un viejo carromato, el
Parnaso, con destino la venta de libros ambulantes.
Christopher Morley |
Helen es una mujer madura que está
un poco harta de su rutinaria vida, limpiar, hacer comidas y hornear pan para
alimentar a su hermano. Y es que este hombre, Andrew, también tiene bemoles, es
un escritor que se afana incansable en sus libros pero que de forma habitual
descuida la granja en la que vive. Y además cuando le viene en gana desaparece
durante largos periodos de tiempo para buscar inspiración para sus novelas.
Bajo la luz de los focos de este
escenario aparece el entusiasta e idealista librero ambulante, Roger Mifflin. Quien
tras años predicando el evangelio de los buenos libros y vendiéndolos de forma
itinerante por los pueblos y caminos de la costa este decide abandonar el
negocio en pos de escribir su propio libro. De forma que transfiere la empresa,
el Parnaso, a Helen McGrill no sin antes mostrarle la manera de hacer negocio.
En este corto periodo de tiempo que
pasan juntos por los caminos, lo justo hasta que el librero coja su tren a
Brooklyn donde escribirá su libro, Helen descubre la pasión, el empeño y
entusiasmo que el señor Mifflin pone en su labor de librero y transmisor de
cultura. Y es que para Roger, a quien le puede el ensoñamiento cognitivo, un
libro es mucho más que un conjunto de hojas garabateadas y encuadernadas, son
diferentes historias, vidas, pasiones, ideales, son sabiduría y conocimientos.
Ninguna persona que se precie dejará de tener un buen libro entre sus
posesiones, llegará a decir. Pero en la sociedad rural americana de inicios de
siglo la cultura no se estila, poca gente tiene libros en casa y menos son aún
los que leen. Y en este punto quiero lanzar una pregunta que me ha sugerido el
libro y que es realmente aplicable a la sociedad actual. ¿Cuál es la causa por
la que una gran parte de la población no lee libros?
Según Mifflin, mostrándose quizás
también el idealismo del autor, las gentes del entorno rural no leen por falta
de accesibilidad a los libros. De manera que cuando se les presentan
facilidades para adquirir buenos libros no les disgusta su lectura, es más, les
agrada y repiten. Sin embargo, mucho me temo que esto difiere notablemente de
la realidad actual.
Siguiendo el ejemplo de Roger,
Helen se aventura por los caminos rurales en busca de una nueva vida o al menos
de unas largas vacaciones, mostrando a las gentes las grandezas y valores que
son capaces de transmitir los libros. El tránsito por los caminos y los acontecimientos
varios que tienen lugar en ellos cambiarán su vida para siempre.
He de decir que el final de la novela me ha parecido un tanto disonante con parte de la filosofía que trata de transmitir, a pesar de ello, la calidad de la historia es excepcional. En cuanto a la prosa es clara y
limpia, sin florituras superfluas, siendo las referencias literarias a autores
británicos y estadounidenses una tónica en el discurso de Roger Mifflin.
Contiene el libro bellas descripciones que te sumergen en idílicos parajes. Los
personajes son tremendamente humanos con sus anhelos, expectativas y miedos
siendo un buen reflejo de la realidad, lo cual acrecenta el realismo de la
novela.
“La librería ambulante” es una
magnífica apología de los libros, la literatura y la cultura en general. Y por ello hay que dar las gracias a la editorial Periférica por haber traducido por primera vez al castellano este clásico de la literatura americana. Muy
recomendable para todo aquel que profese esa especie de amor platónico por
estos puñados de hojas encuadernados.
PD: Ya se que las entradas en los
blogs no llevan postdata pero hay dos cosas fuera aparte de los dos conceptos
básicos que he indicado antes que no podía dejar pasar. Por un lado, la forma
tan graciosa de mostrar asombro y enfado que tenía la gente en aquellos tiempos
con expresiones como: “por el señor Cronos” o “por las barbas de Fulanito” muy
graciosas todas ellas. La otra son los desayunos, comidas y cenas
hiper-elaborados que se metían entre pecho y espalda, asombroso.
Título: La librería ambulante ( Parnassus on Wheels)
Autor: Christopher Morley
Traductor: Juan Sebastián Cardenas
Traductor: Juan Sebastián Cardenas
Editorial: Periférica
Descripción: Rústica 184 páginas
Precio: 16,75 euros
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